miércoles, 3 de diciembre de 2014

Shakespearadas (Advertencia: Contiene muchísimos spoilers)

Como al desgaire tomé a Hamlet del librero y lo releí en español en esos ratos perdidos en el bus (ahora lo haré en inglés).

Y han venido a mí varias imágenes shakespeareanas, la primera me sobrecoge: Lady MacBeth tratando de limpiarse las manos de una mancha de sangre que sólo ella ve.

Y la segunda otra mujer adulta, la reina Gertrude en el entierro de Ophelia, arroja flores a la sepultura y exclama “¡con la flor las flores! De mi Hamlet pensé que esposa fueras, y tu lecho nupcial, preciosa virgen. Ansiaba decorar, no tu sepulcro”.

Y Ofelia Lazo, ¿hizo alguna vez de Ophelia? Tengo ese recuerdo vago que Internet no me ha ayudado a confirmar ni a rebatir.

O el aterrado rey Claudius, viendo a Gertrude beber el veneno que él tenía preparado para Hamlet, pero no pudiendo detenerla sin delatarse.

Hay más de Hamlet, pero queda para otro post (recuerdo haber prometido e incumplido eso).

Tengo ahora frente a mí al rey Lear, un anciano expulsado a morir en el páramo inundado, acompañado por su bufón que es en realidad alguien más.

Luego Juliet despertando gozosa, esperando ver a su amado pero encontrándolo ya muerto a su lado.

Y un salto al cine, a “La sociedad de los poetas muertos”, el protagonista anunciando que hará de Puck en “A Midsummer Night's Dream”. Alguien le responde “mother pucker” y todo es risa pero al final, shakespeareanamente, el muchacho se suicida y aunque es el único muerto todo termina mal.

Y MacBeth asesinando al rey Duncan para tomar el trono. Una profecía autocumplida, se diría ahora.



Y mi propia noche que me envuelve.


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